El sábado 19 de marzo se celebró la Travesía Coria-El Rocío, una cita en la que el atletismo de fondo sirvió de excusa perfecta para disfrutar de una jornada de convivencia inmejorable. Pese a ser la cuarta edición, ésta ha sido la primera vez que la travesía ha discurrido por el trazado originalmente deseado, es decir, el mismo que utiliza la hermandad del Rocío de Coria en su peregrinación a la aldea. Es, por tanto, un motivo de enorme alegría para el Club Atletismo Coria, organizador del evento, que desde estas líneas quiere agradecer y felicitar a las entidades y personas que, de una u otra manera, han participado en el mismo, convirtiéndolo, a nuestro modo de ver, en un éxito.
Porque ya es un éxito ver en la línea de salida a las siete de la mañana a más de setenta participantes, de los que 62 tomaron la salida en la Plaza del Rocío de Coria para realizar los 56 kilómetros totales de la travesía y los otros 9 lo hicieron desde el punto de avituallamiento en el polideportivo de Villamanrique, desde el cual cubrieron 26 kilómetros. Cada uno a su ritmo, corriendo, andando, peregrinando en definitiva, hacia un lugar que se va convirtiendo en familiar incluso para los no rocieros, como es la casa de Coria.
El Club Atletismo Coria quiere, en primer lugar, agradecer el trabajo y la aportación de las dos entidades colaboradoras: la Hermandad del Rocío de Coria y el Patronato de Deportes del Ayuntamiento. Sin el concurso de ambos, la travesía es sencillamente imposible de realizar. Sin la aportación de medios humanos y materiales de ambos no hubiese habido ni vehículos de seguimiento para velar por la seguridad de los participantes (médico, protección civil...), ni personal para atender los avituallamientos, ni el transporte de bolsas, ni, por supuesto, las papas con carne del final. Asimismo, el Club Atletismo Coria quiere hacer extensivo este agradecimiento a los voluntarios que han colaborado para que todo saliese lo mejor posible y, por supuesto, a los participantes, verdaderos protagonistas que, con su esfuerzo y su espíritu, convirtieron la cita en una jornada inolvidable.
La organización es consciente, asimismo, de algunas carencias o deficiencias. Es nuestro deber examinarlas y poner de nuestra parte para que en la próxima edición queden subsanadas. Asimismo, pedimos a los que participaron de alguna manera en esta jornada que nos hagan llegar sus impresiones. No sólo los halagos, que ya hemos recibido algunos, también los defectos. Los halagos nos sirven de ánimo y nos empujan a seguir adelante. La corrección de los defectos nos ayudará a mejorar. Era especialmente delicado el tramo final, 16 kilómetros entre Hato Blanco y El Rocío, zona en la que no se puede poner puntos de avituallamiento, pero, por fortuna, todo saló bien. La climatología acompañó. El buen rollo también. Así que os esperamos a todos y a algunos más el año que viene, en el que esperamos organizar la mejor travesía Coria-El Rocío de todas.
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